sábado, 23 de octubre de 2010

Obesidad en Colombia


La Encuesta Nacional de Nutrición 2005, realizada por el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (Icbf), con participación de otras entidades del Estado y con una inversión cercana a los cuatro millones de dólares, es la primera investigación que contempla la totalidad de la población entre cero y 64 años de edad. Hasta ahora solo se disponía de información sobre los niños menores de ocho años.

"Se trata de una muestra representativa del país por regiones, subregiones y departamentos. Fueron encuestados 37 mil 211 hogares para obtener información sobre las proporciones y medidas del cuerpo humano, lactancia materna y alimentación complementaria; para el resto de componentes se indagó sobre 17 mil 400 hogares. En el diseño participaron expertos nacionales e internacionales del más alto nivel", explicó Catalina Borda, directora técnica de la encuesta.

La funcionaria advirtió también que uno de los valores fundamentales del estudio es su integralidad, en la medida en que abarca aspectos socioeconómicos y culturales por los que antes no se había indagado, permitiendo así un análisis más amplio sobre el entorno completo de los colombianos.

Preguntas como el consumo de alimentos ingeridos el día anterior a la encuesta o la percepción del jefe de hogar sobre su capacidad para adquirirlos refleja la situación económica de las personas y se convierte en un punto de partida muy valioso para otras evaluaciones para definir medidas preventivas o acciones correctivas.

Resultados de impacto

Las cifras de la encuesta han alertado a la mayor parte del país porque reflejan el panorama rural y citadino, incluidas grandes ciudades como Bogotá, Cali y Medellín.

Entre las estadísticas de mayor impacto sobresalen los 5.7 millones de obesos y los 15.4 millones con sobrepeso, lo que quiere decir que más de la mitad de los colombianos son gordos. Entre los adultos de 18 a 64 años, un 32.3% pesa más de lo normal y un 13.8% sufre de obesidad.

Situación agravada con otros resultados como retardo en el crecimiento de niños, adolescentes y jóvenes, registrado con preocupación en los departamentos de Guajira, Boyacá, Nariño y Magdalena. En estas zonas, cinco millones 280 mil niños entre cero y cuatro años sufren esta incapacidad, al igual que más de cinco millones de cinco a nueve años, y más de siete millones entre los 10 y 17 años.

En opinión de los expertos, una dieta desbalanceada es la causa predominante de todas las anomalías. Más de 16 millones de colombianos no consumen frutas y otros 30 millones no prueban las verduras.

"Encontramos que los alimentos más comúnmente consumidos están relacionados con fuentes de carbohidratos como papa, yuca, plátano, arroz y panela, entre otros", sostuvo la directora técnica de la encuesta.

Por otra parte, la gaseosa es el líquido predilecto en el país, bebida considerada en términos técnicos como calorías vacías por no contener ningún nutriente que contribuya a suplir las necesidades de hierro, calcio y vitaminas.

Otra de las conclusiones tiene que ver con el sedentarismo y la ausencia de ejercicio físico en los niños, ocasionados por el tiempo dedicado a ver televisión y a los juegos de computador. Entre los 13 y 17 años, solo el 26% realiza el mínimo de actividad física para gozar de una buena salud. Y, entre la población de 18 a 64 años, el porcentaje es 42.6%.

La denominada "circunferencia de cintura" o el indicador de acumulación de grasa en el abdomen, relacionado con el riesgo de padecer enfermedades crónicas, fue medida por primera vez este año. El 22.6% de los hombres tiene tal riesgo y el 50.4% de las mujeres también.

Así mismo, en el consumo diario hay ausencia de lácteos, a pesar de ser un país con una alta producción de ese tipo de alimentos. El 29% de las personas dijo no haber consumido ninguno el día anterior a la encuesta.

Según la Encuesta Nacional de Nutrición 2005.

Consecuencias....





Hiperinsulinemia, resistencia a la insulina y diabetes

El incremento de peso se asocia con frecuencia a un aumento de las concentraciones plasmáticas basales de insulina (hiperinsulinemia). Tanto la secreción pancreática como las concentraciones plasmáticas de insulina se hallan aumentadas ante la estimulación. Además, existe una insulinorresistencia debido tanto a la disminución del número de receptores de insulina como a un probable defecto posreceptor. El aumento de la resistencia y el incremento de las necesidades de insulina pueden determinar en el individuo obeso el fallo pancreático y la aparición de diabetes mellitus secundaria a la obesidad. La prevalencia de diabetes mellitus tipo 2 es tres veces superior en los individuos obesos, y en la mayoría de los casos puede controlarse reduciendo el peso del paciente.


Hipertensión arterial

La resistencia a la insulina y el hiperinsulinismo pueden ser los responsables del aumento de la reabsorción tubular renal de sodio que presenta el paciente obeso y, por este mecanismo, explicar la alta prevalencia de Hipertensión Arterial. Otros factores pueden estar implicados en la aparición de HTA del individuo obeso, ya que los pacientes con un insulinoma mantienen cifras de presión arterial normales. La pérdida de peso se acompaña de una disminución importante de las cifras de presión arterial en la mayoría de los obesos incluso sin realizar una dieta hiposódica.

Enfermedades cardiovasculares

La obesidad puede producir un aumento del volumen sanguíneo, del volumen diastólico del ventrículo izquierdo y del gasto cardíaco, responsables a medio plazo de hipertrofia y dilatación del ventrículo izquierdo. La insuficiencia cardíaca congestiva y la muerte súbita son mucho más frecuentes en el paciente obeso.

Lípidos plasmáticos

El aumento de las concentraciones circulantes de triglicéridos en la obesidad se asocia a la disminución de los valores plasmáticos de HDL-colesterol y al aumento de las concentraciones de LDL-colesterol. La hipertrigliceridemia, muy frecuente entre los obesos debido al aumento de la secreción hepática de VLDL, puede ser secundaria al hiperinsulinismo y suele mejorar con la pérdida de peso. La presencia de hipertrigliceridemia o hipercolesterolemia resistente a la pérdida de peso en un paciente obeso obligará a adoptar medidas específicas de control de la dislipemia. La alteración del perfil lipídico y el aumento del trabajo cardíaco confieren al paciente obeso un alto riesgo de padecer cardiopatía isquémica.

Insuficiencia venosa periférica

A mayor obesidad, mayor riesgo de presentar varices, estasis venosa en las extremidades inferiores, edemas y cambios tróficos de la piel. La obesidad se asocia a un mayor riesgo de padecer enfermedad tromboembólica.

Problemas respiratorios

La obesidad mórbida puede asociarse a alteraciones de la ventilación que conducen a una hipoxia crónica cianótica e hipercápnica. La hipoventilación alveolar grave, asociada a hipoxia y largos períodos de somnolencia en un individuo con obesidad mórbida, se ha denominado síndrome de Pickwick. Estos pacientes pueden precisar hospitalización y, debido a la hipertensión pulmonar asociada a hipoxemia crónica, presentan gran riesgo de padecer insuficiencia cardíaca. El síndrome de apneas/hipopneas durante el sueño (SAHS) es una manifestación clínica frecuente en los grandes obesos. La apnea nocturna puede ser tanto obstructiva como central. En este último caso pueden producirse paros respiratorios de hasta 30 seg, acompañados de trastornos graves del ritmo cardíaco. En la mayoría de los casos el cuadro clínico de dicho síndrome mejora con la pérdida de peso. En ciertos casos resistentes puede justificarse el tratamiento con soporte ventilatorio, farmacológico o quirúrgico. Ni la prevalencia ni la gravedad del síndrome se relacionan de forma importante con el grado de obesidad.

Cáncer

El riesgo de padecer cáncer de endometrio, de mama, vesícula y vías biliares aumenta en las mujeres obesas. En el varón la obesidad se asocia especialmente a cáncer de colon, recto y próstata.

Colelitiasis y esteatosis hepática

El aumento de los depósitos de triglicéridos ocasiona un aumento de la producción de colesterol. El incremento de la síntesis de colesterol se acompaña de un aumento de su excreción biliar y la saturación de la bilis. El paciente obeso presenta un alto riesgo de padecer colelitiasis. La utilización de dietas muy hipocalóricas y pobres en lípidos puede desencadenar cólicos hepáticos. La obesidad se acompaña a menudo de un hígado graso. La esteatosis se asocia a un ligero aumento de los valores de transaminasas en sangre que se corrigen con la pérdida de peso.

Hiperuricemia y gota

La hiperuricemia del paciente obeso es multifactorial. El aclaramiento y la producción de ácido úrico se encuentran disminuido y aumentada, respectivamente. El uso de dietas cetogénicas y muy bajas en calorías puede provocar un brusco aumento de los niveles de ácido úrico y desencadenar una crisis gotosa.

Problemas psicológicos

La obesidad mórbida provoca en general graves trastornos psicológicos y de adaptación al medio. Estos trastornos pueden agravarse si se produce una rápida pérdida de peso. La depresión y la ansiedad se presentan con frecuencia en el paciente obeso, siendo estos trastornos secundarios a la enfermedad.

Causas...

Las causas de la obesidad son múltiples, e incluyen factores tales como la herencia genética; el comportamiento del sistema nervioso, endocrino y metabólico; y el tipo o estilo de vida que se lleve.

Mayor ingesta de calorías de las que el cuerpo necesita.
Menor actividad física de la que el cuerpo precisa.
Si se ingiere mayor cantidad de energía de la necesaria ésta se acumula en forma de grasa. Si se consume más energía de la necesaria se utiliza la grasa como energía. Por lo que la obesidad se produce por exceso de energía, como resultado de las alteraciones en el equilibrio de entrada/salida de energía. Como consecuencia se pueden producir diversas complicaciones, como son la hipertensión arterial, la diabetes mellitus y las enfermedades coronarias.

La herencia tiene un papel importante, tanto que de padres obesos el riesgo de sufrir obesidad para un niño es 10 veces superior a lo normal. En parte es debido a tendencias metabólicas de acumulación de grasa, pero en parte se debe a que los hábitos culturales alimentarios y sedentarios contribuyen a repetir los patrones de obesidad de padres a hijos.

Otra parte de los obesos lo son por enfermedades hormonales o endocrinas, y pueden ser solucionados mediante un correcto diagnóstico y tratamiento especializado.

¿ Que es ?



La obesidad es la enfermedad en la cual las reservas naturales de energía, almacenadas en el tejido adiposo de los humanos y otros mamíferos, se incrementa hasta un punto donde está asociado con ciertas condiciones de salud o un incremento de la mortalidad. Está caracterizada por un índice de masa corporal o IMC aumentado (mayor o igual a 30). Forma parte del síndrome metabólico. Es un factor de riesgo conocido para enfermedades crónicas como enfermedades cardíacas, diabetes, hipertensión arterial, ictus y algunas formas de cáncer. La evidencia sugiere que se trata de una enfermedad con origen multifactorial: genético, ambiental, psicológico entre otros. Se caracteriza por la acumulación excesiva de grasa en el cuerpo, hipertrofia general del tejido adiposo.

Es una enfermedad crónica originada por muchas causas y con numerosas complicaciones, la obesidad se caracteriza por el exceso de grasa en el organismo y se presenta cuando el índice de masa corporal en el adulto es mayor de 30 kg/m² según la OMS (Organización Mundial de la Salud).